Clemente con triciclo (1958)
Gabriel Cualladó es un claro del fotógrafo autodidacta apasionado por este lenguaje visual. Y es precisamente ese motor que mueve al aficionado el que hace que esta disciplina pueda renovarse: el autor nunca se consideró “profesional de la fotografía”, su profesión era trabajar en una empresa de transportes y la fotografía la gran pasión que alimentó durante toda su vida. Sus primeras fotografías tenían como protagonista a su primer hijo y sus amigos, desde ese momento comienza a formarse leyendo revistas especializadas que le ayudaban a incrementar sus conocimientos. En 1956 entró en la Real Sociedad Fotográfica y un año más tarde en el Grupo Afal.
Así, con la vivacidad propia del aficionado rompe los moldes de la estética imperante en los años 50, creando un leitmotiv alrededor de toda su fotografía: el humanismo. Entre sus influencias se encontraban Eugene Smith o Walker Evans, aunque él no se interesó por retratar la dictadura franquista ni la crudeza de la vida en la época, absorbió de ambos la forma de buscar la esencia en cada una de las personas retratadas.