Serie “La calle” (1958)
Una técnica digna de estudio
En Joan Colom la técnica utilizada para fotografiar merece un punto y aparte. Porque explica en parte su perseverancia, su maestría y deja al descubierto su pasión irrefrenable por la fotografía. Nos referimos a su famosa técnica de “fotografiar sin mirar por el visor” que viene pronto a la cabeza al referirnos al autor catalán. Esta técnica atípica tenía sentido teniendo en cuenta que aquello que fotografiaba era la vida de las calles, y eso incluía prostitución y miseria.
Su técnica no es fruto de la extravagancia, Colom practicaba para saber, sin mirar, que sucedía en su visor y cómo iba a ser el encuadre de sus imágenes. Un ejercicio que le valió una técnica rápida, certera y segura que le garantizaba pasar desapercibido en la escena.
Fruto de su perfeccionamiento surge la fotografía en carne viva, sin intervención del observador, que podemos disfrutar en el proyecto La Calle
Un material fotográfico seleccionado al momento
Otra cuestión que merece un alto en el camino es su proceso de revelado y selección fotográfica. Cuando el carrete aún colgaba de la cuerda separaba con una tijera aquellos negativos que le gustaban del resto, pasando estos últimos a la papelera más cercana.
Lo habitual entre los profesionales y aficionados a la fotografía es guardar todo el carrete y pasarlo a una hoja de contactos para seleccionar el material más apropiado. En el caso de
Joan Colom una segunda revisión del material era imposible, parecía tener claro qué representaba mejor aquello que había visto.
Tal y como confesó en 2011 en una entrevista a La Vanguardia, mantuvo este criterio a la hora de seleccionar negativos hasta sus últimos revelados. De cada carrete salvaba solo algunas fotografías y descartaba aquellas que “no sentía como suyas”.
Alejado de la fotografía durante décadas
Tras el incidente sufrido con una de las retratadas que ilustraron el libro Izas, Rabizas y Colipoterras, Colom se aleja de la fotografía durante décadas.
Desde los 90 reinicia su actividad fotográfico, esta vez a color, como no podía ser de otra forma en su idolatrado Raval barcelonés. Este trabajo fue expuesto en diversas muestras en Madrid y Barcelona.