Virxilio Vieitez

Dorotea do Cara (1960)

Sus inicios en la Costa Brava

Virxilio Viéitez nació en una década complicada en España, corrían los años 30 y sobrevivir era una cuestión primordial tras una Guerra Civil que fracturó el país. Por eso, con tan solo 18 años abandonó Galicia para trabajar en la construcción cerca de Panticosa. Más tarde, comienza a trabajar como ayudante en un estudio de fotografía y ahí se percata de que es una profesión que da dinero y le entusiasma a partes iguales.

Durante algún tiempo trabajó como fotógrafo para turistas en la Costa Brava, una etapa que le reportó una buena suma de dinero. En 1955, Virxilio regresa a su localidad natal, Sotelo de Montes, y abre su propio estudio de fotografía.

Desde ese momento comienza a recorrer la comarca de Terra do montes cubriendo los recovecos de la fotografía social: bodas, bautizos y otros eventos sociales que suponen un retrato perfecto de la época.

La fotografía de difuntos, una costumbre de inicios del siglo XX

A Virxilio Vieitez no le gustaba especialmente hablar de esa parte de su trabajo. Hacía este tipo de fotografías porque las familias lo solicitaban y los encargos estaban bien pagados pero no le agradaban los reportajes funerarios. Ni a él ni a muchos compañeros de oficio.

Virxilio Vieitez
© Virxilio Vieitez, VEGAP, Madrid, 2019

Aunque parezca que hablamos de una costumbre irreal, esta práctica nació poco después del nacimiento de la fotografía en París y se extiende al resto de países de Europa hasta las primeras décadas del siglo XX.

¿Por qué una familia querría fotografiarse con un difunto? Quizás desde nuestra visión actual esta práctica pueda parecer estrambótica, pero se encontraba alejada del morbo. Era una manera de certificar la existencia, teniendo en cuenta que por aquel entonces los documentos gráficos eran aún escasos. También influía la visión que se tenía acerca de la muerte, mucho más romántica y sentimental que la nuestra.

La buena consideración del fotógrafo

Corría el año 1944 cuando en España se comenzó a implantar el sistema de identificación de los españoles: el DNI. Por supuesto, se trató de una transición lenta ya que se requería fotografiar a toda la población. Esta fue una de las labores desarrolladas por Virxilio en su zona.

No es de extrañar, dada la importancia de poder quedar retratados para la posteridad, que la figura del fotógrafo contase con una gran consideración entre la población.

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